Andaba buscando publicación para el mes de abril, sin mucho éxito. Estaba preocupado por si me lo hubiesen robado del calendario como le ocurrió a Sabina, cuando comenzaron a llegarme señales apuntando en la misma dirección.
Lo
primero fue recibir en una aplicación del móvil de resúmenes de libros una
reseña del magistral “El hombre en busca de sentido”, del también genial Víctor
Frankl. Acceder al esquema de esta obra
que ya había leído en un par de ocasiones me permitió disfrutarla de nuevo
desde una óptica distinta. Volveremos después sobre este punto.
Aún
no lo tenía muy claro, cuando mi amiga Ana Rubio me envió el enlace a su
publicación mensual, que este mes trata sobre “Ikigai” y la cosa cambió. Ana fue compañera de la formación de Search Inside
Yourself de la que ya he hablado en otras ocasiones. Sus contribuciones son
siempre muy inspiradoras y agradecidas. Dos señales tan seguidas sobre el “sentido”
tenían que significar algo. Aunque no existe una traducción literal para
“Ikigai”, esta palabra de origen japonés viene a significar algo así como el
propósito, el sentido, el motivo, la razón de ser. Corrijo el pronombre:
nuestro propósito, nuestro sentido, nuestro motivo, nuestra razón de ser. Algo
que bajo mi punto de vista debería ser lo primero (si no sabemos para lo que
estamos aquí ¿tiene sentido lo demás?) se convierte habitualmente en lo último.
Muchas veces es algo que no llegamos a descubrir hasta el final de nuestros
días. Y es algo tan importante que puede incluso suponer nuestra supervivencia
en situaciones extremas. Decía Frankl que “los que tienen un por qué para vivir pueden soportar casi
cualquier cómo”.
Tener
claridad sobre el “por qué” estamos aquí es una ayuda infalible para una vida
mejor. Además de la motivación primaria
que parece controlarlo todo, supera el aspecto puramente racional, alcanzando
una convicción más profunda de que uno puede vivir o morir por sus ideales. La
frustración que genera el vivir sin sentido actúa como un auténtico impulsor
del cambio en algún momento de nuestras vidas, y nos lleva a crecer más allá de
lo que habíamos soñado.
Volvemos
a parafrasear al eminente neurólogo austriaco, padre de la logoterapia: “cuando
ya no somos capaces de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de
cambiarnos a nosotros mismos”. El cambio es también crítico en nuestra
supervivencia. Fue Darwin el que dijo que no sobrevivían las especies más
fuertes, sino las que mejores se adaptaban. Y en esa adaptación el cambio juega
un papel fundamental. Un cambio que suele transitar por un camino complicado y
oscuro, donde el sentido puede convertirse en la luz que guíe nuestros pasos.
Rematamos
la parte tradicional de la publicación de este mes con otra genial frase de
Víctor: “al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa, la última de las
libertades humanas: la elección de la
actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio
camino”. Tener clara esta libertad es fundamental para poder tener claro
nuestro sentido.
Y
hasta aquí llega lo que es una publicación habitual de mi blog. Un escrito más
breve de lo habitual en el que reconozco que se me puede haber ido un poco la
“pinza” en el fondo y en las formas. Pero como decía antes, todo tiene un por
qué. En los últimos tiempos han llegado a mi vida varias noticias sobre
inteligencia artificial. Concretamente sobre “ChatGPT”, una de sus más
sencillas y llamativas manifestaciones. No he podido resistirme a la curiosidad
y le he pedido un “artículo de 500 palabras hablando sobre la vida en busca de sentido que incluya frases de Víctor Frankl”.
Y me ha devuelto esto:
“La búsqueda de sentido en la vida es una de
las mayores preocupaciones del ser humano. En la búsqueda de una respuesta, nos
encontramos con las palabras de Víctor Frankl, psiquiatra y superviviente del
Holocausto, quien afirmaba que "el hombre no está en busca de placeres,
sino de un sentido para su vida".
Frankl creía que el sentido de la vida no es
algo que pueda ser encontrado de forma externa, sino que es algo que cada
persona debe descubrir dentro de sí misma. En su libro "El hombre en busca
de sentido", Frankl narra su experiencia como prisionero en un campo de
concentración nazi y cómo fue capaz de encontrar sentido y propósito incluso en
las condiciones más extremas.
Uno de los principales mensajes que Frankl
transmitía es que la vida no es solo una búsqueda de felicidad, sino una
búsqueda de sentido. La felicidad, según él, es un subproducto de encontrar un
propósito y una razón para vivir. La vida puede ser difícil, pero si
encontramos un significado, podremos enfrentar cualquier adversidad.
Frankl también
destacaba la importancia de encontrar un propósito que vaya más allá de uno
mismo. En lugar de centrarse únicamente en la propia felicidad, debemos buscar
un propósito que nos permita contribuir a la sociedad y hacer del mundo un
lugar mejor. En palabras de Frankl, "lo que importa no es lo que esperamos
de la vida, sino lo que la vida espera de nosotros".
Otro de los conceptos clave de Frankl es la
idea de que la vida tiene sentido incluso en los momentos más difíciles. En su
experiencia en el campo de concentración, Frankl vio a muchas personas perder
la esperanza y rendirse ante las circunstancias adversas. Sin embargo, él descubrió
que incluso en los peores momentos, aún había cosas por las que valía la pena
luchar. En sus propias palabras, "la vida siempre tiene sentido, incluso
en las situaciones más terribles".
Por último, Frankl nos recuerda que cada
persona tiene la capacidad de encontrar su propio sentido en la vida. No hay
una respuesta universal a la pregunta de qué da sentido a la vida, sino que
cada uno debe descubrirlo por sí mismo. Como dijo Frankl, "el hombre no
debería preguntar qué es el sentido de la vida, sino que es él quien está
siendo cuestionado por la vida".
En conclusión, la vida en busca de sentido
es una búsqueda constante en la que cada persona debe encontrar su propio
propósito y razón para vivir. Las enseñanzas de Víctor Frankl nos recuerdan que
el sentido de la vida no se encuentra en la felicidad o el éxito externo, sino
en el descubrimiento de un propósito que vaya más allá de uno mismo y en la
capacidad de encontrar significado incluso en los momentos más difíciles. En
última instancia, es responsabilidad de cada uno de nosotros encontrar nuestro
propio camino y darle un significado a nuestra vida”.
De locos. Me
lo tomaré como un reto y seguiré intentando mejorar para no ser superado por la
máquina… Creo que esto es lo que nos espera. Habrá que adaptarse a los cambios
para sobrevivir. No queda otra.
Este mes acompaño mi publicación con una imagen sin sentido ninguno que me devuelve una conocida APP, jugando con mi cara y con el término "inteligencia artificial". A pesar de su teórica inteligencia, ha tenido a bien colocarme pelo, rosa, pero pelo al fin.
Gracias por
vuestro tiempo como todos los meses, de mi parte y de parte de “ChatGPT”. Nos
“vemos” en Mayo, aunque a estas alturas no tengo nada claro quién escribirá la
publicación…