miércoles, 12 de marzo de 2025

RESISTIRÉ: 9 claves para seguir adelante y sobrevivir…

 

Cinco años hizo ayer desde que mi hijo Pablo cumplió sus dieciséis años, con lo que por fin iba a poder entrar en discotecas. Cinco años desde que, celebrando su cumpleaños con sus amigos, me llamó para decirme que fuese a recogerlo porque se estaba quedando solo. Los padres de los otros niños de la pandilla habían ido a por sus hijos porque decían que iban a cerrar el país. Ni los más pesimistas hubiesen imaginado lo que se nos venía encima. Para los más optimistas, no serían más de tres o cuatro casos a modo de anécdota. No hace falta recordar lo que vino después. Ni de entrar a valorar cómo reaccionamos y gestionamos la situación. Decía Darwin que no sobreviven las especies más fuertes, sino las que mejor se adaptan a los cambios. Al final se convirtió en una mera cuestión de supervivencia. Una supervivencia, en la que el aspecto mental (además de lógicamente el físico) cobraría gran protagonismo.

En aquellos días en los que el desasosiego y la incertidumbre nos asaltaban, en los que todos los planes que habíamos hecho hacía tan solo unos días se despeñaban como castillos de naipes, la única estrategia posible parecía ser la resistencia. Resistir, adaptarnos y seguir adelante. No quedaba otra.

A nivel profesional y personal tuve la inmensa fortuna de que mi anterior trabajo en un sector relacionado con la alimentación nos hizo ser clasificados como actividad esencial, con lo que no paré de trabajar ni un solo día. No sólo eso, sino que además pude hacerlo presencialmente. Desplazarme diariamente al trabajo en bicicleta me permitió seguir respirando aire puro, en teoría sin contaminar. Más de una vez fui interceptado por las fuerzas del orden, pero mi salvoconducto en forma de certificado de empresa me salvaba finalmente. Recuerdo que lo que más me descolocaba era la imposibilidad de pensar a largo plazo, ni siquiera a medio. No había carreras en el horizonte, ni reuniones con los amigos, ni viajes aunque fuesen profesionales. Oficina, supermercado y casa. En definitiva, resistir. Poco más.

Puede que por eso el himno no oficial de la pandemia fuese la actualizada versión del famoso “Resistiré” del Dúo Dinámico. No solo fue un himno de perseverancia que nos invitaba a seguir adelante, interpretado por artistas de bastante nivel, fue también una llamada a la solidaridad, a hacerlo entre todos juntos y no de forma aislada. Por si fuera poco, la palabra “resistiré” encierra en cada una de sus letras una clave esencial para crecer, avanzar y no rendirse, un valor esencial para superar obstáculos y avanzar con determinación. Vayamos con ello:

💥 R – Resiliencia:

La resiliencia se podría definir como la habilidad de adaptarse y recuperarse tras los golpes de la vida. No se trata de evitar caernos, sino de aprender a levantarnos más fuertes cada vez. En el trabajo, como en la vida, los errores y fracasos son oportunidades disfrazadas. Nunca somos los mismos tras superar un obstáculo.

💖 E – Empatía: Ponerse en el lugar de los demás marca la diferencia en cualquier entorno. Escuchar, entender y actuar con empatía fortalece los equipos, mejora las relaciones laborales y crea ambientes más humanos, ahora que la IA se ha convertido en nuestra inseparable compañera de viaje.

% S – Solidaridad: Apoyar a los demás no solo ayuda a quienes lo necesitan,  sobre todo nos ayuda a nosotros mismos. Como dicen mis buenos amigos de la Fundación Olivares, “si ayudas a los demás, recibes muchísimo más de lo que das”. Además fortalecemos nuestra red de contactos y generamos confianza.

🎯 I – Ilusión: La ilusión es ese motor interno que nos impulsa a seguir persiguiendo nuestros objetivos. Tenemos que luchar por mantener vivo el entusiasmo, celebrando los pequeños logros y recordando siempre  por qué comenzamos.

🏆 S – Superación: Cada obstáculo superado es un paso más hacia tu mejor versión. La superación no siempre es fácil, pero el esfuerzo sostenido da frutos. La única competencia que realmente importa es la que mantenemos con nosotros mismos. Mirando hacia atrás puede ser enriquecedor preguntarnos: ¿Qué desafío reciente logramos superar  que en ese momento nos pareció insalvable?

💪 T – Tenacidad: La constancia supera al talento cuando el talento no trabaja duro. Ser tenaz significa seguir adelante, incluso cuando el camino se vuelve cuesta arriba. Las grandes metas requieren perseverancia. Dicen que para ser experto en cualquier actividad necesitas al menos diez mil horas de práctica…

🌟 I – Inspiración: Ser fuente de inspiración para otros no significa ser perfecto, sino compartir tu camino, tus logros y también tus tropiezos. Tu historia puede motivar a alguien más a no rendirse, igual que la de alguien seguramente te motiva a ti.

 ¯R – Respeto: Todo comienza con el respeto: a uno mismo, a los demás y al entorno. En el ámbito profesional, respetar ideas diversas, tiempos y espacios crea culturas organizacionales más sólidas y productivas.

🔥 É – Éxito: El éxito no siempre se mide en resultados inmediatos. A veces, simplemente consiste en seguir adelante cuando todo invita a detenerse. Perseverar es triunfar. ¿Medimos el éxito en base a esfuerzo o a resultados?

Y hablando de lo que cambió el mundo (sin entrar a valorar si para mejor o para peor) hace cinco años, y con todo el respeto para aquellos que perdieron a sus seres queridos, que desgraciadamente fueron muchos, quiero finalizar esta publicación con un vídeo que con todo el cariño grabé en casa para intentar arrancar alguna sonrisa en aquellos días tan difíciles. Además de convertir mi casa en un enorme estudio de grabación y buscar attrezo y pelucas por todos los rincones, tuve que usar una enorme hoja de cálculo para intentar sincronizar vídeos y sonido (aunque como podréis comprobar, no lo logré al cien por cien) Recuerdo que en aquellos días tan difíciles, una muy buena amiga, sanitaria de profesión, con la que comparto un proyecto muy chulo, me llegó a decir que este vídeo le había salvado la vida en momentos de hundimiento total. Cuando dejaban atrás guardias interminables, sin recursos, sin saber muy bien qué hacer ni a dónde acudir, ponerse este vídeo en bucle junto a sus compañeras le arrancó más de una sonrisa y le ayudó a cambiar el chip.

Sólo por eso está más que justificada su grabación. Vuelvo a compartirlo hoy, por si a alguien le pilla mal, que sea capaz de sonreír y de resistir…

En el momento del adiós a Lola Flores, en el Cementerio de la Almudena 150.000 personas escucharon La Zarzamora, el himno que la Faraona había escogido para su funeral. Cuando llegue el mío, para el que espero acuda menos gente y todavía se retrase un poco, no me importaría que en el tanatorio pusieran un QR con este vídeo, para que la gente se echase unas risas. Y si la gente se queda con ganas de más tras el #Resistiré, el #ShowMustGoOn de Queen, y el #IWillSurvive de Gloria Gaynor. Genio y figura.

Nos vemos en un mes, ya en plena primavera…



https://www.youtube.com/watch?v=z1xAXB6bxsw

 

lunes, 17 de febrero de 2025

VIVIR ES IMPORTANTE, URGENTE Y NECESARIO

         Este mes debo la publicación a un Amigo muy especial, con quien me crucé en mis tiempos de estudiante hace ya muchos, muchos años. Tras bastante tiempo sin verlo coincidimos a la salida de un restaurante. Cuando me acerqué a su mesa se levantó y me regaló uno de los abrazos más sinceros y cargados de energía de los que he recibido en los últimos años. Aprovecho para reconocer que en el difícil pero a la vez reconfortante arte de abrazar soy casi un novato. Afortunadamente con los años creo que he sido capaz de superar la timidez casi enfermiza que me castigó durante años, lo que me ha permitido disfrutar de muchas cosas, entre ellos de los tan necesarios abrazos. Para ello he contado con la inestimable colaboración de mi hijo Pablo, que ha sido uno de los mejores Maestros en esta noble disciplina.

Al separarnos del mágico abrazo me miró fijamente a los ojos para decirme que había comenzado a correr la maratón de su vida, y que tenía ganas de contármelo por la vinculación que me une con organizaciones como mi querida familia de la Fundación Olivares. Aunque no me hacía falta más información, me contó emocionado que, a pesar de que el bicho se había alojado en un órgano vital, había sido detectado a tiempo y estaba localizado en un lugar ideal para ser intervenido y eliminado. Sin apartar sus ojos de los míos, me afirmó que estaba dispuesto a cruzar esa meta, y que además pensaba correr una carrera real conmigo (de  las que no importan tanto) nada más terminase su Carrera.         

Con otro abrazo casi más sentido que el anterior nos despedimos, con la promesa por ambas partes de correr esa carrera juntos. Cruzarme con este Amigo fue un auténtico baño de realidad. Porque que alguien joven, sano y con una actitud siempre tan positiva y brillante te cuente que su número ha sido seleccionado en ese temible sorteo en el que ninguno querríamos jugar me hizo detenerme en seco y pensar. El “no me va a pasar a mí” debería sustituirse por el “me puede pasar a mí”, o lo que es peor, a los míos. Este enemigo parece tener cada vez más munición y dispara con armas cada vez más potentes, lo que incrementa las probabilidades de que los tiros pasen cada vez más cerca. Además de las lógicas medidas preventivas que podemos y debemos aplicar con todo el sentido común que requieren, creo que no tenemos otra opción que VIVIR, así, con mayúsculas.

Uso la genial letra de la chirigota “La maldición de la lapa negra”, del recordado Manolo Santander, para dar entrada a la segunda parte de la publicación:

“Un día tú piensas que eres un ser invencible

un día tú piensas que eres un ser inmortal

que lo que les ocurre a los otros

en ti es imposible hasta que en tu vida se cuela

esa enfermedad, que sí, la puta enfermedad…”

 

         La letra no puede estar mejor “tirada”, como decimos por aquí. A veces vivimos como si fuéramos invencibles, incluso inmortales. Postergamos sueños, retrasamos llamadas, dejamos el "te quiero" para después, a la espera de que sea el momento ideal. Pero, ¿qué pasaría si mañana recibieras una noticia que lo cambia todo y que pone en grave peligro que llegue ese momento? Una enfermedad grave, un diagnóstico inesperado…

       Decía Pablo Raez, otro de los innumerables guerreros que lucharon contra esta maldita enfermedad, que lo triste no era morirse, lo triste era no vivir mientras llega la muerte, que antes o después acabará llegando. No es pesimismo, es realidad. Y esa realidad nos grita una verdad tan incómoda como absoluta: la vida no espera.

          De ahí el título sobre la importancia, le urgencia y la necesidad de vivir.  Lo importante es amar, reír, viajar, abrazar fuerte.  Lo urgente es soltar rencores, atreverte, dejar de postergar. Lo necesario es  VIVIR HOY.

No esperes un susto para empezar a vivir. Hazlo ahora.

Como final de popurrí, haciendo referencia a un término tan carnavalero como merece el mes de febrero, cerraremos con las últimas estrofas del pasodoble anterior:

“Y te das cuenta en tu sufrimiento

has encontrado el mejor tratamiento

 tu esposa tu ambiente, tus hijos tu gente

Y to lo que vale la pena que por una cosilla mala

hay a tu lado, hay a tu lado mil cosas buenas”

No esperemos a que llegue la cosilla mala para darnos cuenta de todas las cosas buenas que tenemos en esta vida.

Y como foto de cierre, una foto cargada de significado, al menos para mí. Hace unos años en los que la vida nos situó a miles de kilómetros de distancia, iniciamos la costumbre de intercambiar fotos en nuestras respectivas carreras. Siempre nos abrazábamos de forma imaginaria y virtual (por aquel entonces ni imaginábamos lo que años después la pandemia supondría para los abrazos) como una señal de que estábamos juntos a pesar de la distancia. En esta carrera también la estaremos. Y cuando cruces esa meta y volvamos a una carrera de las normales, nos haremos la foto abrazados de verdad. #ShowMustGoOn, que ya sabéis que es uno de mis lemas.



domingo, 26 de enero de 2025

PROBLEMAS TENEMOS TODOS…(MENOS MAL)

           Comenzamos el año apurando el mes de enero para hablar de uno de nuestros compañeros inseparables de viaje, los problemas.

Una de las acepciones de la RAE nos los define como un conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin. En su siguiente acepción, como disgusto o preocupación, describe a la perfección las emociones que suelen despertar.

Los problemas son esas molestas piedras en el camino que parecen inevitables y que nos encontramos todos los días. Juanlu, mi antiguo maestro de Tai Chi Chuan al que ya he mencionado en alguna que otra ocasión solía decir “que las piedras que te encuentres en tu camino sean los apoyos para levantarte”. Visto así los problemas, más que ser evitados, deberían ser “utilizados”. Mi amigo Alonso Pulido, a quién también menciono con cierta frecuencia suele decir que “los problemas no se acaban nunca. La buena noticia es que las soluciones tampoco”. Hace una metáfora muy gráfica en la que compara nuestra evolución a lo largo de la vida al aprendizaje de las tablas de multiplicar. Cuando ya parecemos tener controlada la del uno, nos encontramos con la del dos, y después con la del tres, y después… resulta que los números son infinitos.

La gestión adecuada de los problemas requiere de una de las herramientas multiusos más útiles de esta vida, nuestra famosa actitud. No podemos controlar la aparición de los problemas, pero sí tenemos la actitud de decidir lo que hacemos con ellos. Si decidimos usarlos como oportunidades para aprender, crecer y mejorar serán bienvenidos en nuestra vida. De hecho, si miramos hacia atrás en nuestro camino ya recorrido, podemos comprobar como nuestros mejores logros posiblemente vinieron precedidos de problemas que por aquellos entonces parecían ser imposibles de solucionar. En este sentido, Norman Vincent Peale, el creador del pensamiento positivo, decía que  cada problema tiene en sí las semillas de su propia solución. Si no tienes ningún problema, no obtienes ninguna semilla”.

               Para poder revertir el disgusto o la preocupación que pueda generarnos la aparición de un problema podemos usar algunos consejos a modo de estrategia:

·        Adoptar una mentalidad de aprendizaje. Si nos preguntamos "¿Qué puedo aprender de esto?" en lugar ¿Por qué me pasa esto a mí? tendremos mucho adelantado. Encontrarle un sentido a la situación y confiar que en el futuro nos llevará a mejorar y a crecer nos será de mucha utilidad. En la escuela de negocios con la que colaboro dicen que  un problema bien diagnosticado es un problema casi resuelto.

·        Descomponer el problema. La mayoría de las veces los problemas parecen imposibles de solucionar porque nos boicoteamos a nosotros mismos otorgándole una importancia mayor que la que tienen. Partir el problema en partes más pequeñas más fáciles de solucionar también nos ayudará bastante. Recuerdo una frase bastante gráfica: “¿Cuál es la forma de comerse un elefante?: A trocitos. No hay otra.”

·        Pedir ayuda. Nadie dijo que los problemas deban resolverse en soledad. Contemplar otras perspectivas o considerar los recursos de otras personas pueden ser claves en la resolución de los problemas. Mi publicación del mes de octubre del año pasado estaba dedicada íntegramente a la importancia de pedir ayuda.

·        Mantener la calma y no perder los nervios. Un problema tratado con nervios incrementa su importancia de forma directamente proporcional al tamaño de los nervios que le apliquemos. Esta frase es de cosecha propia, pero por experiencia propia me temo que tiene mucho de cierto.

Algunos problemas típicos que nos encontramos en nuestro día a día, tanto diario como profesional, son los siguientes (la clasificación también es de cosecha propia):

·        Medalla de oro: “No tengo tiempo”. Una de las frases más escuchadas como problemas en boca de muchos. Si lo pensamos con objetividad, resulta que todos tenemos las mismas 24 horas al día, aunque parece que cunden de forma diferente y a algunos se le estiran mágicamente. El problema no es el número de horas, sino como las prioricemos. Como dice el crack de Küppers, lo más importante en la vida es que lo más importante sea siempre lo más importante. No priorizar y decir que sí a todos es una fuente indudable de problemas.

·        Medalla de plata: “Todo me sale mal”. Otra frase típica que el gran Emilio Duró define a la perfección como el resultado de un ego hipertrofiado. En una pizarra suele pintar el planeta tierra para representarnos con un punto, y tras describir la inmensidad del universo, concluye que somos totalmente insignificantes. Creemos que todos los marrones nos caen a nosotros, pero no somos tan importantes como para que el universo concentre todos los marrones en nosotros. Si crees firmemente que te caen todos los marrones, es que los atraes. El marrón eres tú.

·        Medalla de bronce: “Mi equipo, mi familia, mi… no cumplen mis expectativas”. Este problema nos permite un doble análisis. En primer lugar, si nos consideramos líderes, tanto a nivel personal como profesional, debemos recordar que se lidera con el ejemplo, con lo que hacemos y no con lo que decimos. Si nadie cumple, lo mismo es que no estamos dando el ejemplo adecuado. Y también tenemos que tener en cuenta el tema de las expectativas. Mantenerlas altas es también una forma de buscar problemas.

          Albert Einstein, padre de la teoría de la relatividad, decía que “ningún problema puede ser solucionado desde el mismo nivel de conciencia en el que fue creado”. Tratándose de Albert, no es un consejo para desechar.

              Cierro la publicación de enero con la misma frase con la que lo comencé. Que todos los problemas que te encuentres (piedras) sean oportunidades (apoyos) para crecer (levantarte), y que seas capaz de descubrirlo.

            Nos vemos en febrero. Espero que no sea un problema esperar un mes hasta la próxima publicación.

 


lunes, 30 de diciembre de 2024

¡Hasta la vista 2024! ¡Bienvenido 2025!

     Me despido de este desgastado 2024 al que sólo le quedan horas y que tanto he disfrutado. Momento de mirar hacia atrás, de dejar escapar una sonrisa recordando los momentos vividos y de dar las gracias por ello.  Los hubo espectaculares, buenos y menos buenos, pero mi envejecida memoria se ha vuelto selectiva con los años y últimamente sólo me quedo con los mejores.

    Revisando algunas fotos para no dejarme muchas cosas atrás, me llama la atención una de un sobre de azúcar con mensaje (algo que mucha gente odiará pero que personalmente me encanta), que a comienzos de año me decía “y entonces un nuevo día te das cuenta que todo comienza de nuevo y la sonrisa vuelve a ser la dueña de tu vida”. Un mensaje profundamente revelador que presagiaba un año de sonrisas.

   A modo de lista de deseos y jugando con frases que perfectamente podrían aparecer impresos en sobres de azúcar os dejo algunos de los principales momentos vividos en 2024 que me hicieron sonreír. Espero que 2025 sea como mínimo, tan bueno como este 2024 que ya se va.

·        Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” – Confucio. Con todos los años de trabajo que llevo a mis espaldas había disfrutado en muchos momentos de mi labor profesional (en otros bastante menos), pero la sensación de plenitud que he vivido estos 366 días vividos en Minifunkids era hasta ahora desconocida para mí. Seguiré luchando para estirarla al máximo.

·        La ilusión de los Reyes Magos es un regalo que permanece en el corazón” – anónimo. Como es tradición en los últimos años, comencé 2024 saliendo de Beduino en la Cabalgata de Reyes de Dos Hermanas. Este año subí exponencialmente de nivel al compartir la experiencia con mi hija Daniela, algo  que espero repetir durante muchos años.

·        La vida es muy corta… correr la hace parecer más larga” – Baron Hansen. La omnipresente Maratón de Sevilla también forma parte de este mágico 2024, como lleva haciendo ya desde hace una década. Y con nuestros Capitanes de Carros de Fuego, como no podía ser de otra forma. Estaba casi arrancando el año y sinceramente no tenía ni idea de dónde las carreras me podían llevar este año. No alcanzaba ni a soñarlo… Perdí la cuenta de las carreras en las que participé, pero en ningún momento se me hicieron largas.

·        Un viaje de mil millas ha de comenzar con un simple paso” – Lao Tzu. Esta frase resume perfectamente el año. Incontables viajes reales y figurados, a nivel profesional pero también a nivel personal. No importa lo lejos que esté la meta si decides ir a por ella. En cuanto a los viajes reales profesionales, primera visita a la Mobile en Barcelona, algo impresionante e inimaginable en el pasado. Múltiples idas y vueltas a Málaga, una tierra con un significado muy especial para mí.  Entre otras cosas, allí tengo a mi familia de la Fundación Olivares. Muchos primeros pasos para recorrer muchas millas, una medida que también tendría su especial protagonismo este año.

·        Un hermano comparte los recuerdos de la infancia y los sueños de los adultos” – Anónimo. En pleno mes de Marzo, evento familiar donde mi hermano de sangre Alejandro pregonó la Semana Santa Nazarena, en un acto muy emotivo presentado por mi hermano no de sangre José María. Día de conjugar recuerdos del pasado con sueños de futuro.

·          Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado” – Proverbio africano. Volvemos a las carreras en un año en que por primera vez en mi vida obtuve plaza para vivir la experiencia de los 101 kilómetros de la Legión de Ronda. Como esto iba de llegar lejos, y no de hacerlo rápido, compartí “paseo” con mi amigo Juan Luis Muñoz Escassi, formando parte de ese loable #RetoPichón que creó hace ya unos años y que tuvo la excepcional generosidad de compartir con todos a través de la figura del embajador.

·        Donde hay caridad y sabiduría, no hay miedo ni ignorancia. Donde hay paciencia y humildad, no hay ira ni preocupación” – San Francisco de Asís. Esta sabia frase, desconocida para mí, me fue regalada precisamente por un amigo llamado Francisco en el día de su Santo, como agradecimiento a mi felicitación. Si no queremos miedo, ignorancia, ira ni preocupación, la caridad, la sabiduría, la paciencia y la humildad nos marcan el camino a seguir.

·        Hay dos formas de vivir: puedes vivir como si nada fuera un milagro o puedes vivir como si todo fuera un milagro”- Albert Einstein. En Nueva York asistimos a un milagro en toda regla gracias a nuestro amigo Cristian. Cuando estábamos en la auténtica UVI, y nadie daba un duro por nosotros, la inspiración de Cristian nos hizo creer en los milagros y poder emocionarnos con la inolvidable experiencia de vivir la Maratón de Nueva York, el sueño de todo corredor.

·      El mundo necesita soñadores y necesita hacedores. Pero sobre todo necesita soñadores que lo hagan”-  Breathnach. Esta frase va en claro homenaje a mi amiga Sete. Diez años después de perder a su hija no sólo soñó, sino que hizo realidad el Sueño de Eugenia. Que alguien recuerde a su hija con una cena solidaria en la que se recaudaron fondos para los niños con cáncer, la misma enfermedad que se la arrebató es toda una lección de vida. Inolvidable la presencia de mi hijo Pablo poniendo su pequeño granito de arena en forma de canción en el evento.

·  Aquellos que eran vistos bailando, eran considerados locos por quienes no podían escuchar la música”- Nietzsche. La vida me hizo un favor cuando se llevó mi vergüenza junto con mis pelos.  Quedarme calvo y perderla ha sido uno de los grandes regalos de mi vida. Entre otras cosas, me ha permitido bailar como el gran Carlton Banks delante de 51.748 espectadores. Recordarlo será de ayuda en los momentos en que me pueda sentir avergonzado por algo. Una oportunidad más de afirmar mi particular mantra para estas situaciones. Si no haces daño a nadie y haces reír sólo a una persona, está más que justificado. Me habrán llamado loco y cosas peores, pero juro que escuchaba la música alta y clara.

·         Memento mori” (Recuerda que debes morir) – pronunciada por los esclavos a los generales de Roma cuando tras una gran victoria sobre sus enemigos en el campo de batalla, desfilaban por las calles sobre un carro dorado recibiendo los aplausos y vítores de la multitud. Independientemente de nuestras hazañas y logros, al final todos tenemos el mismo final. Y como decía también el gran Pablo Ráez, lo malo no es morir, lo malo es no vivir mientras llega tu muerte. Difícil encontrar una frase más motivadora para 2025.

·        Una vida termina y comienza” – Avatar. Con esta frase, que puede ser perfectamente aplicable al año cerramos esta última publicación de 2024. Como dice mi hija Daniela, “el fin es el principio de algo nuevo”.

Hablando de Avatar, le pido a la Inteligencia Artificial que me devuelva una imagen que simbolice el cambio de año que es la que adjunto. Como dirían los “Na’vi”: “Te veo”.

 Feliz Año 2025 a todos (sin premio para mis amigos “cargantes”, que los tengo) y que los Reyes Magos os colmen de felicidad en los próximos días.



sábado, 14 de diciembre de 2024

AHÍ LLEVAS. TODAVÍA NO. TENGO PENSADO ALGO MEJOR PARA TI.

    Me vuelvo filosófico en esta espero penúltima publicación del año (todavía intentaré redactar la de resumen y despedida de 2024 y bienvenida a 2025). Escribiendo una de mis últimas creaciones literarias (que suena más rimbombante que libro, para intentar disimular el bajo nivel del mismo) llegó a mí este conjunto de frases que tantas veces aparecieron de forma encadenada a lo largo de mi vida.

    Tuve la oportunidad de conocerlas, como muchas otras, gracias a mi amigo Alonso Pulido, del que ya he hablado en otras ocasiones. Alguien que crea un movimiento llamado “Ahumor” (Amor + Humor) es alguien digno de ser escuchado como mínimo, pero sobre todo alguien de quien aprender.

   Alonso me dijo una vez que cuando pedimos algo a Dios, al Universo, a la Naturaleza o a Quién tengamos la costumbre de pedir cosas, porque sinceramente creo que por muy agnósticos que digamos ser siempre acabamos pidiéndolas, sólo podemos recibir tres posibles respuestas. La primera y menos frecuente es “ahí llevas”, la segunda es “todavía no”, y la tercera es “tengo algo mejor para ti”. Ahora que miro hacia atrás, no sólo con un año de alcance, sino también a lo largo de toda mi vida, puedo ver como los puntos se conectan de una forma que jamás llegué ni siquiera a imaginar. Steve Jobs en estado puro. En esta publicación repasaré alguna de las peticiones más importantes a lo largo de mi vida, con las respuestas que fui obteniendo.

    De las primeras peticiones que hice de pequeñito, sin tener en cuenta las cartas a los Reyes, fue la de pedir un hermano. Todos mis compañeros y amigos lo tenían, y yo no me quería criar solo. Tener a alguien más en casa era algo muy importante para mí. Era como intentar empatar la partida, en la que hasta entonces mis padres me ganaban por superioridad manifiesta. Y al parecer tuve que recibir varias veces “todavía no” como repuesta, porque mi hermano Alejandro es seis años menor que yo. Pero la espera mereció la “alegría”. A pesar de ser más pequeño que yo, sus ganas de vivir y su filosofía de “disfrutón” de la vida se convirtieron en una gran inspiración para mí.

    Saltando hasta el momento del fin del instituto, la vocación de ser militar se cruzó por mi mente y mientras todos mis compañeros hacían cálculos sobre la nota que necesitaban para acceder a la carrera de sus sueños, yo estudiaba y entrenaba junto a mi amigo Valle con la esperanza de superar las pruebas de acceso a la Academia de Zaragoza y convertirme en soldado profesional. Desafortunada o afortunadamente, nunca se sabe, una lesión importante de mi amigo le hizo caerse del cartel y provocar que desapareciese mi vocación castrense, con lo que un “tengo pensado algo mejor para ti” llegó a mi vida. Comenzó mi vida de universitario en la antigua carrera de Ciencias Empresariales rodeado de muchos de mis antiguos compañeros de Instituto.

     Llevaba ya varios años pidiendo que el amor llegase a mi vida, y la única respuesta que recibía era una mezcla de “todavía no” y “tengo pensado algo mejor para ti”. Bueno, esas dos frases y a mi compadre repitiendo todos los fines de semana el “no hay mal que por bien no venga” cada vez que volvíamos a casa con el casillero a cero de conquistas. Efectivamente María tardó en llegar y definitivamente fue lo mejor que me pudo haber ocurrido a esa edad.     

     Pedí finalizar mis estudios cuanto antes y con las mejores calificaciones posibles, pero Alguien me dijo que tenía pensado algo mejor para mí y el hoy desparecido Monte de Piedad me ofreció mi primer trabajo serio. Los estudios pasaron a tener prioridad dos (o tres) en la escala de mi vida y mis esfuerzos y plegarias se centraron en evolucionar profesionalmente y llegar muy alto en aquella caja de ahorros con más de un siglo de historia. Y entonces fue cuando otro “tengo pensado algo mejor para ti” llegó a mi vida para llevarme a Catosan, la constructora donde pasé diez años maravillosos de mi vida, no sólo en lo profesional, sino también en lo personal.

     En esta etapa tan bonita estaba cuando María me dio los mejores regalos que me ha dado la vida, nuestros hijos Pablo y Daniela. También aquí pedimos (los dos, ella mucho más que yo) que llegasen cuanto antes, pero el “todavía no” se escuchaba cada vez con más fuerza. Como todo lo bueno se hace esperar, al final llegaron, y fue bastante mejor que lo que habíamos soñado.

    Volviendo al tema profesional y  como nada en esta vida es eterno, la dura crisis de 2008 golpeó con violencia a Catosan, dejándola herida de muerte. A pesar de luchar durante cuatro duros años en los que no dejábamos de pedir por nuestra supervivencia, también me llegó un “tengo pensado algo mejor para ti” que me costó bastante tiempo comprender.

    Así fue como acabé aterrizando en la antigua Juvasa, donde crecí como profesional y como persona, y recibí la respuesta “ahí lo llevas” a mis peticiones de encontrar un trabajo donde pudiese viajar y recorrer mundo. La llegada de Berlin cambió las reglas del juego hasta el punto de que dejé de ser feliz con lo que hacía y pedí con más fuerza que nunca una oportunidad en otro sitio. Y sin alcanzar a escucharlo, el “tengo pensado algo mejor para ti” se instaló en mi vida sin dejar espacio para otra posible respuesta. Así fue como llegó a mi vida la oportunidad de Minifunkids, en la que acabo de cumplir un año y en la que he conocido el verdadero significado de la felicidad en el trabajo.

    También en este año he pedido infinidad de veces que todo fuese más rápido, que las cosas saliesen a la primera, que la realidad en la que se está convirtiendo el sueño sea cada vez una realidad más seria y consolidada. Con todo lo vivido, cada vez tengo más claro que lo que no llegue hoy llegará mañana, y que además hay muchas posibilidades de que llegue algo mucho mejor de lo que estamos pidiendo. En ello estamos y no dejaremos de luchar hasta conseguirlo. Nuestro propósito, mejorar la calidad de vida con chavales con diversidad funcional y necesidades educativas especiales es nuestra razón de ser, y una garantía para saber que lo mejor está por llegar.

    Tras todo lo vivido con más años que un bosque, no me queda otra que hacer caso de otra genial frase de mi amigo Alonso de cara al futuro: “Confianza plena y paciencia infinita”. Y pase lo que pase, “Show must go on”, como decía mi amigo Freddy.

    En cuanto a la foto, voy a aprovechar las fechas para adjuntar mi especial tarjeta de felicitación para desearos a todos una muy Feliz Navidad en compañía de vuestros seres queridos y que el 2025 os traiga todo aquello que le habéis pedido a la Vida y hasta ahora os había contestado que todavía no, o incluso os traiga cosas muchísimo mejores de las que les habéis pedido. Intentando buscar alguna conexión con el tema de la publicación, estos tres Reyes de la Ilusión pueden representar el “Ahí lo llevas”, el “Todavía no” y el “Tengo pensado algo mejor para ti”. El mejor, con diferencia, el que va en medio de los otros dos. Nos vemos pronto. Gracias.



martes, 12 de noviembre de 2024

GRAZIE MILLE. GRACIAS A TODOS.

    Como ya amenazaba en mi blog del pasado mes de octubre, en el que compartí con todos vosotros mi proceso de formación en el difícil arte de pedir ayuda, este mes os voy a hablar sobre la gratitud. Cuando pides, con independencia de si al final recibes o no, tienes que dar las gracias. Si se nos da, aún más. Ya dice nuestro sabio refranero que es de bien nacido ser agradecido.

     Como he hecho otras veces, parto de la definición de la RAE para destriparla un poco y crear el hilo argumental de la publicación. Dice este eminente diccionario que la gratitud es el sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera. Totalmente de acuerdo con lo de sentimiento, porque cuando agradeces de verdad te hace experimentar una sensación de bienestar y de realización difícil de alcanzar de otra forma.  Discrepo un poco con lo de obligar, porque aunque el sentimiento sea interno, lo de la imposición me suena un poco forzado. Me gustaría más si dijese “que lleva a una persona”, pero os podéis imaginar cuáles son mis conocimientos de la semántica española. Así que para gustos, colores.  En lo de estimar el beneficio o favor sí estoy más de acuerdo, porque valorar lo que otros han hecho con nosotros es parte fundamental del agradecimiento. Y en cuanto a lo de corresponder, creo que unas “gracias” sinceras ya corresponden, sin tener que llegar al casi obsesivo “quid pro quo” del Doctor Hannibal Lecter en el famoso “Silencio de los Corderos”. Agradecer la sonrisa de un niño puede tener tanto impacto o más como recibir un regalo de cumpleaños. Al final la libreta es para agradecer, no debería servir sólo para medir los favores que recibimos y los que hacemos y buscar un equilibrio.

   Como ya comentaba en octubre, durante todo ese mes pedí mucho, bastante más de lo que estaba acostumbrado a hacer. Como consecuencia recibí mucho, bastante más de lo que podía ni siquiera imaginar. Ahora toca agradecer a todos. No sólo a los que dieron, que fueron muchos y de muy diversas formas, sino también a los que no pudieron hacerlo porque todo forma parte del camino y de la maravillosa experiencia vivida. Posiblemente me equivoqué en la forma de enfocarlas o en el destino de mis peticiones, pero también aprendí de ello. No gracias al error, sino a la actitud que le puse contagiado por el gran Cristian.

  El gran Cristian debe ser el principal destinatario de mis agradecimientos. El Capitán que nunca se rinde, y que siempre es capaz de dibujar una sonrisa por “mucha bola” que se le hagan las locuras de las que lo hacemos partícipe los que lo rodeamos. Lo de Cristian ha sido un verdadero revolcón fuera de su zona de confort, y no un simple paseo. Entrevistas, fotos, madrugones, una auténtica colección de “castigos” que ha sido capaz de superar con una entereza y madurez que ya quisiéramos nosotros y lo más importante, sin perder nunca su sonrisa. Ese niño tímido al que conocí hace casi una década ya se ha convertido en un hombre, y me sigue dando lecciones cada día que tenemos la oportunidad de convivir. Darle las gracias a Cristian es dárselas a sus padres Ana y Feli; Feli y Ana que son parte inseparable de esa espectacular familia que son los González Lorenzo. Sin ellos, sin Cristian, nunca hubiésemos llegado ni siquiera a soñar.

  Pasando a los patrocinadores económicos, y por orden cronológico y de importancia relativa, tengo que agradecer a Elmya como patrocinador principal de la aventura por la importancia de su aportación, tanto cuantitativa como cualitativa. Elmya (literal de su web www.elmya.com ) es una empresa española pionera y comprometida con la innovación y la sostenibilidad, destacando en el sector de las energías renovables. Con una historia arraigada y un enfoque centrado en las personas, nuestra misión es clara y apasionante: mejorar la calidad de vida y contribuir a la descarbonización de la economía y la lucha contra el cambio climático. De lo del enfoque centrado en las personas doy fe, como los notarios.  Llegaron a nosotros gracias a la intervención de mi amigo Fernando Flores, trabajador de esta organización, cuya visera me acompañó en el Ironman de Lanzarote hace cinco años y con el que he tenido el honor de compartir alguna que otra carrera con Carros de Fuego. Su mediación resultó fundamental para que la dirección de Elmya nos conociese y decidiese colaborar con el Sueño de Cristian. Además de la importante inyección económica, conocerlos en persona también ha sido motivo de agradecimiento. Ese vídeo grabado en el Parque de María Luisa quedará para siempre entre nuestros mejores recuerdos. Muchísimas gracias.

   Dentro de los patrocinadores, Ondupack (uno de los fabricantes de cartón más importantes de Iberia) de la mano de su CEO Fernando Tolosa también supuso un importante empujón. Fernando (casualmente se repite el nombre) es un deportista de categoría y mejor persona, muy vinculado a las causas solidarias, concretamente a la Asociación Debra – Piel de Mariposa, con la que desarrolla una labor impresionante. Nada más ver mi publicación del reto en LinkedIn me llamó para ofrecerme su colaboración. Muchísimas gracias.

  El tercer colaborador, igual que el segundo, vino de la mano de mi anterior etapa profesional. Y en este caso nos llegó de Alemania. Al final justificó la idea de haber grabado el vídeo también en inglés, buscando patrocinadores internacionales como comenté a Cristian en su día. Mi amigo Johannes de Euroglas Verpackungsgesellschaft m.b.H. (en la camiseta nos pusimos E.G., por razones obvias) me alegró el día cuando me envió un mensaje por Whatsapp ofreciéndose a formar parte de la aventura y aportando en la medida de sus posibilidades. Muchas gracias.

  Sportravel también merece capítulo aparte en los agradecimientos. Cata y Céline han sido las ángeles de la guarda que han velado por nuestra aventura desde el minuto uno. Cuanto más oscuro se ponía el tema, cuando nos quedábamos sin patrocinador a poco más de un mes del viaje y pensábamos que todo se había terminado, Cata nos animaba una y otra vez a seguir buscando, a no rendirnos, y se comprometía a ayudarnos por su cuenta. De hecho, han llegado patrocinadores de su mano que ni siquiera hemos llegado a conocer, pero a los que agradecemos igualmente. Con ellos viajamos a Atenas hace un par de años, hemos repetido ahora a Nueva York, y si volvemos a competir fuera de España (lo mismo esta publicación despierta la curiosidad en  un patrocinador potencial) lo seguiremos haciendo con ellos. Muchísimas gracias.

 Pero también tengo mucho que agradecer a mucha gente que no ha podido participar como patrocinador económico. Han sido tantos y tantos los mensajes de amigos que pedían una cuenta para hacer una aportación simbólica, tanta y tanta gente dándonos visibilidad, intentando de colaborar en la medida de sus posibilidades para que el sueño se acabase haciendo realidad, que me he visto superado en muchas ocasiones. Ya decía el mes anterior que a veces que los planes no salgan según lo previsto supone un maravilloso golpe de suerte. Efectivamente, nada de esto hubiesemos podido vivir si no hubiese entrenado mi capacidad para pedir ayuda. Gracias a todos los que nos habéis apoyado para seguir adelante, cada uno a su forma.

   Dentro de los agradecimientos, no puedo finalizar sin dar las gracias a Carros de Fuego, la asociación que me permitió conocer a Cristian y a la que hemos dado visibilidad internacional dentro de nuestras posibilidades, a mi familia que es la que me inspira para seguir mejorando cada día y a mi compañero Miguel Ángel, sin el que se me hubiesen hecho más cuesta arriba aún las 26.2 millas por la Gran Manzana, como decía Cristian.

   No quiero finalizar sin pedir disculpas por si alguien no se ha visto reflejado entre los destinatarios de esta publicación. No fue mi intención. He pretendido dar las gracias a todos y cada uno de los que hayáis estado ahí, aunque mi torpe capacidad de expresión pueda provocar que alguien se sienta olvidado.

  Me permito incluso cerrar al publicación de este mes con un consejo, algo que no hago casi nunca. Hablando de dar las gracias, llevar un diario de gratitud ha sido una de las rutinas más satisfactorias y positivas que he podido llevar a cabo en mi vida. Desde hace muchos años (he perdido la cuenta, pero casi seguro que son más de quince) todas las noches, antes de ir a dormir, escribo en mi diario (el cuaderno de la felicidad, como le llamaban mis hijos cuando eran pequeñitos) tres cosas por las que tengo que estar agradecido al finalizar el día. Acabar el día de esa forma me permite ir a dormir con un sentimiento de felicidad y dormir a pierna suelta hasta el día siguiente. No sé cuántas ediciones debo llevar ya, porque además los tengo repartidos entre cajas y armarios, pero espero seguir rellenando muchas más. Será buena señal.

   No sabemos lo que nos deparará el futuro. No nos importa. Sólo el presente. Lo mismo escribimos la segunda parte del sueño de Cristian, porque la aventura merece ser documentada para no olvidarla nunca. O a lo mejor nos planteamos otra maratón internacional, u otras, porque en este viaje Cristian ha aprendido el significado de los “6 Majors” y esa medalla que tanto mola. Creemos que sólo un “Duo Teams”, el compuesto por nuestros compañeros de carrera en Nueva York Max Fink y Michael Sayih, ha sido capaz de completar esa hazaña. Molaría ser el segundo, o el primero español en hacerlo. Nunca se sabe.

   Y como broche final, una imagen del protagonista, en plena carrera, cuando nos acercábamos al punto de animación montado por Sportravel donde nos esperaban nuestros auténticos “supporters”. Puede que no sea la foto con más calidad del viaje, pero es una de las imágenes que más me gustan. Es una captura extraída de un vídeo que grabó su madre (como no podía ser de otra forma) Basta mirar la cara de Cristian para poder entender el verdadero significado de la palabra felicidad. Gracias a todos.




martes, 22 de octubre de 2024

APRENDIENDO A PEDIR AYUDA

        Publicación del mes de octubre, que comienzo a escribir justo cuando nos acaban de confirmar que el patrocinador que tenía previsto colaborar con el proyecto de “El sueño de Cristian en Nueva York” no puede asumir su financiación por cuestiones internas.

        Lo que en otro momento de mi vida hubiese supuesto el hundimiento más absoluto y una auténtica explosión de emociones negativas en mi interior no ha sido más que un chute de motivación para encontrar soluciones alternativas. Dice mi buen Amigo Alonso Pulido que si no sale el Plan A, tenemos que ir a por el B, a por el C, y así hasta agotar todas las letras del abecedario. Yo he añadido de mi cosecha particular que podemos mezclar letras, como en las matrículas de los coches. Este inconveniente no ha sido más que la oportunidad de probarme un poco más, teniendo la oportunidad de mejorar con ello.

      Por primera vez en la historia del blog, voy a dejar la publicación abierta hasta el último día del mes (o hasta antes si conseguimos el ansiado patrocinio que nos permita viajar a Nueva York). Lo importante, como en la vida, habrá sido el camino y no la meta. Haber recibido ese “no” sin duda nos va a permitir vivir experiencias y aprender lecciones que de otra forma nos hubiésemos perdido.

       El genial Mario Alonso Puig, en una de sus magistrales newsletters cargadas de sabiduría, se refería este mes sobre a la actitud positiva como una lente poderosa para nuestra vida. Nos recomendaba y animaba a que frente a cualquier adversidad o reto, nos detengamos por un momento, respiremos hondo y busquemos ese aspecto positivo o esa enseñanza que está oculta más allá de las apariencias. Y si la encontramos, ¿por qué no compartirla con alguien de tu red de apoyo? Yo he encontrado varias lecciones de incalculable valor. Y aquí estoy compartiéndolas con todos vosotros. Remata su comunicación diciendo que la actitud positiva es la chispa que enciende nuestra creatividad, que cada desafío puede ser el comienzo de una nueva aventura, si así lo decidimos. En mi caso, el chispazo ha sido importante. Otra cuestión es la calidad de las medidas creativas empleadas, pero como decía al inicio, nadie podrá negarnos lo bien que lo hemos pasado.

       He titulado así el blog porque pedir ayuda es una de las habilidades que tengo que trabajarme y desarrollar. Siempre fui bastante autosuficiente y lo de pedir ayuda era algo que me costaba trabajo incluso considerar. Recuerdo como anécdota que en mis primeros años como auxiliar administrativo en una hoy desaparecida Caja de Ahorros, tenía un cliente de muy avanzada edad bastante gráfico y divertido en sus conversaciones. Entre otras lindezas (la anécdota de la hucha del recién casado la dejaré para otra publicación) solía decir que él no le debía favores a nadie porque nunca nadie le habían ayudado. Y que gracias a ello podía cruzar las calles a pecho descubierto (literal, con la camisa desabrochada) en plena Guerra Civil. Decía que nada que deber y nada que agradecer, nada que temer. No comulgo en absoluto con esta idea, pero creo que algo se quedó anclado en mis neuronas que provocó que pedir ayuda siempre fuese una de las últimas alternativas a considerar. A pesar de ello, está demostrado que pedir ayuda tiene efectos muy positivos no sólo en nosotros también en los demás.

       Como he repetido en infinidad de ocasiones, aprendí la lección de ayudar gracias a mis Amigos de la Fundación Olivares, cuando una voluntaria me enseñó que “cuando ayudas a los demás recibes muchísimo más de lo que das”. Sin embargo, esta ayuda sólo es posible cuando alguien en el otro lado pide ayuda, de forma directa o indirecta. Si todos fuésemos como mi abuelito del banco, nadie ayudaría a nadie.

      En esta faceta he contado con un Maestro de excepción en mi amigo Juanlu Muñoz Escassi, padre del solidario Reto Pichón, que hace unos años decidió pedir ayuda a sus embajadores para ampliar el alcance del reto. El tío que es la ayuda a los demás personificada, pidiendo ayuda para ayudar. Hermosa lección.

      San Agustín decía “Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta”. Lo de ayudar es un camino en dos direcciones, el de pedir ayuda y el de ayudar. Si nadie pidiese ayuda, de forma directa o indirecta, nadie tendría la posibilidad de ayudar. Podríamos considerar que no pedir ayuda a la gente cuando la necesitas es una forma de perjudicar a otras personas,  porque no les estamos dando la oportunidad de ayudarnos y, por tanto, de sentirse mucho mejor de lo que se sentirían de otro modo. Sin embargo, a pesar de este razonamiento tan lógico y tan aparentemente apabullante, lo de pedir ayuda seguía estando dentro de mi interminable lista de tareas pendientes para mejorar.

      Hablando de fases célebres, el famoso Coronel John “Hannibal” Smith del recordado “Equipo A” que le encantaban que los planes saliesen bien. También he oído en cierta ocasión que a veces que los planes no salgan como estaba previsto puede convertirse en un maravilloso golpe de suerte. Para un amante de los planes, que algo no salga según lo planeado no significa que no haya salido bien. Hay muchas maneras de hacer las cosas y, a veces, los retrasos o cambios en los planes pueden ayudar a resaltar esto. Hay más opciones de las que creemos y un contratiempo en el plan puede ser una oportunidad para pensar de forma creativa.                 Lo de la secuencia de planes en forma de letras (o combinaciones de ellas) a las que hacía alusión al principio de la publicación.

        La inesperada negativa nos permitió vivir experiencias inolvidables que de otra forma estoy seguro que no hubiésemos vivido. Vaya por delante que de no haber estado acompañado por Cristian en esta maravillosa aventura posiblemente nunca hubiese pasado al plan B. Lo más sensato, lo más lógico y lo más fácil sobre todo hubiese sido rendirme. Entre otras cosas, porque me hubiese evitado la necesidad de pasar por el proceso de petición de ayuda por el que he tenido que pasar. También quiero dejar claro que entiendo perfectamente cualquier pensamiento que haya podido generar esta aventura y la búsqueda de patrocinadores a las que nos hemos lanzado. Creo que no podemos (ni debemos) caer bien ni gustar a todo el mundo. Estoy casi seguro que habremos despertado casi las mismas simpatías que antipatías, pero así es la vida. ¿Ha compensado? Con creces.

   Justo en el momento de escribir este párrafo (una semana después de haber grabado el vídeo que decidimos difundir para pedir ayuda y sólo cinco días después de haberlo publicado) ya podemos decir que hemos encontrado patrocinio para la mitad del proyecto. Ni en nuestros mejores sueños. Después de más de cincuenta correos, e incontables Whatsapps y conversaciones telefónicas y en persona, ya tenemos recorrido la mitad del camino. Los comentarios recibidos, los compartidos en redes, los gestos de apoyo de gente cercana y no tan cercana son la mejor recompensa a esta locura en la que nos hemos metido, con independencia del resultado final que alcancemos. Si no se nos hubiese ocurrido pedir ayuda jamás hubiésemos tenido la oportunidad de comprobar lo que nos quiere la gente, algo que compensa con creces la dificultad de superar el rechazo inicial a levantar la mano y pedir ayuda.

   Haber pedido ayuda nos ha permitido conocer a gente maravillosa, a gente que no hubiésemos conocido de haber salido todo como estaba planeado. Nos ha permitido también vivir experiencias que tampoco hubiésemos vivido si el plan se hubiese cumplido según lo previsto. Recuerdo ahora otra frase de mi amigo Alonso que me enseñó una vez que cuando pedimos algo a Dios, al Universo, a la Naturaleza o a quién queramos poner en este lugar, sólo existen tres posibles respuestas: “sí, ahí lo tienes”; “todavía no” o “tengo pensado algo mejor para ti”. Indudablemente en este caso la respuesta ha sido esta última.

    Finalizo esta extensa publicación con la incertidumbre de no haber conseguido todavía la totalidad de los patrocinios necesarios para ir a Nueva York, pero con la ilusión de cruzar el charco en muy pocos días. No he esperado al último día del mes como tenía pensado, ni a tenerlo todo resuelto. He pensado que publicarlo ya podría ser de ayuda a conseguir el último empujón. La publicación de noviembre irá de agradecimientos, con independencia del resultado. Una vez superado el máster en petición de ayuda, es el momento de agradecerlo.

    Gracias por adelantado a todos los que nos estáis ayudando, a los que nos vais a ayudar, y como siempre por vuestro tiempo en esta larga lectura.