sábado, 14 de diciembre de 2024

AHÍ LLEVAS. TODAVÍA NO. TENGO PENSADO ALGO MEJOR PARA TI.

    Me vuelvo filosófico en esta espero penúltima publicación del año (todavía intentaré redactar la de resumen y despedida de 2024 y bienvenida a 2025). Escribiendo una de mis últimas creaciones literarias (que suena más rimbombante que libro, para intentar disimular el bajo nivel del mismo) llegó a mí este conjunto de frases que tantas veces aparecieron de forma encadenada a lo largo de mi vida.

    Tuve la oportunidad de conocerlas, como muchas otras, gracias a mi amigo Alonso Pulido, del que ya he hablado en otras ocasiones. Alguien que crea un movimiento llamado “Ahumor” (Amor + Humor) es alguien digno de ser escuchado como mínimo, pero sobre todo alguien de quien aprender.

   Alonso me dijo una vez que cuando pedimos algo a Dios, al Universo, a la Naturaleza o a Quién tengamos la costumbre de pedir cosas, porque sinceramente creo que por muy agnósticos que digamos ser siempre acabamos pidiéndolas, sólo podemos recibir tres posibles respuestas. La primera y menos frecuente es “ahí llevas”, la segunda es “todavía no”, y la tercera es “tengo algo mejor para ti”. Ahora que miro hacia atrás, no sólo con un año de alcance, sino también a lo largo de toda mi vida, puedo ver como los puntos se conectan de una forma que jamás llegué ni siquiera a imaginar. Steve Jobs en estado puro. En esta publicación repasaré alguna de las peticiones más importantes a lo largo de mi vida, con las respuestas que fui obteniendo.

    De las primeras peticiones que hice de pequeñito, sin tener en cuenta las cartas a los Reyes, fue la de pedir un hermano. Todos mis compañeros y amigos lo tenían, y yo no me quería criar solo. Tener a alguien más en casa era algo muy importante para mí. Era como intentar empatar la partida, en la que hasta entonces mis padres me ganaban por superioridad manifiesta. Y al parecer tuve que recibir varias veces “todavía no” como repuesta, porque mi hermano Alejandro es seis años menor que yo. Pero la espera mereció la “alegría”. A pesar de ser más pequeño que yo, sus ganas de vivir y su filosofía de “disfrutón” de la vida se convirtieron en una gran inspiración para mí.

    Saltando hasta el momento del fin del instituto, la vocación de ser militar se cruzó por mi mente y mientras todos mis compañeros hacían cálculos sobre la nota que necesitaban para acceder a la carrera de sus sueños, yo estudiaba y entrenaba junto a mi amigo Valle con la esperanza de superar las pruebas de acceso a la Academia de Zaragoza y convertirme en soldado profesional. Desafortunada o afortunadamente, nunca se sabe, una lesión importante de mi amigo le hizo caerse del cartel y provocar que desapareciese mi vocación castrense, con lo que un “tengo pensado algo mejor para ti” llegó a mi vida. Comenzó mi vida de universitario en la antigua carrera de Ciencias Empresariales rodeado de muchos de mis antiguos compañeros de Instituto.

     Llevaba ya varios años pidiendo que el amor llegase a mi vida, y la única respuesta que recibía era una mezcla de “todavía no” y “tengo pensado algo mejor para ti”. Bueno, esas dos frases y a mi compadre repitiendo todos los fines de semana el “no hay mal que por bien no venga” cada vez que volvíamos a casa con el casillero a cero de conquistas. Efectivamente María tardó en llegar y definitivamente fue lo mejor que me pudo haber ocurrido a esa edad.     

     Pedí finalizar mis estudios cuanto antes y con las mejores calificaciones posibles, pero Alguien me dijo que tenía pensado algo mejor para mí y el hoy desparecido Monte de Piedad me ofreció mi primer trabajo serio. Los estudios pasaron a tener prioridad dos (o tres) en la escala de mi vida y mis esfuerzos y plegarias se centraron en evolucionar profesionalmente y llegar muy alto en aquella caja de ahorros con más de un siglo de historia. Y entonces fue cuando otro “tengo pensado algo mejor para ti” llegó a mi vida para llevarme a Catosan, la constructora donde pasé diez años maravillosos de mi vida, no sólo en lo profesional, sino también en lo personal.

     En esta etapa tan bonita estaba cuando María me dio los mejores regalos que me ha dado la vida, nuestros hijos Pablo y Daniela. También aquí pedimos (los dos, ella mucho más que yo) que llegasen cuanto antes, pero el “todavía no” se escuchaba cada vez con más fuerza. Como todo lo bueno se hace esperar, al final llegaron, y fue bastante mejor que lo que habíamos soñado.

    Volviendo al tema profesional y  como nada en esta vida es eterno, la dura crisis de 2008 golpeó con violencia a Catosan, dejándola herida de muerte. A pesar de luchar durante cuatro duros años en los que no dejábamos de pedir por nuestra supervivencia, también me llegó un “tengo pensado algo mejor para ti” que me costó bastante tiempo comprender.

    Así fue como acabé aterrizando en la antigua Juvasa, donde crecí como profesional y como persona, y recibí la respuesta “ahí lo llevas” a mis peticiones de encontrar un trabajo donde pudiese viajar y recorrer mundo. La llegada de Berlin cambió las reglas del juego hasta el punto de que dejé de ser feliz con lo que hacía y pedí con más fuerza que nunca una oportunidad en otro sitio. Y sin alcanzar a escucharlo, el “tengo pensado algo mejor para ti” se instaló en mi vida sin dejar espacio para otra posible respuesta. Así fue como llegó a mi vida la oportunidad de Minifunkids, en la que acabo de cumplir un año y en la que he conocido el verdadero significado de la felicidad en el trabajo.

    También en este año he pedido infinidad de veces que todo fuese más rápido, que las cosas saliesen a la primera, que la realidad en la que se está convirtiendo el sueño sea cada vez una realidad más seria y consolidada. Con todo lo vivido, cada vez tengo más claro que lo que no llegue hoy llegará mañana, y que además hay muchas posibilidades de que llegue algo mucho mejor de lo que estamos pidiendo. En ello estamos y no dejaremos de luchar hasta conseguirlo. Nuestro propósito, mejorar la calidad de vida con chavales con diversidad funcional y necesidades educativas especiales es nuestra razón de ser, y una garantía para saber que lo mejor está por llegar.

    Tras todo lo vivido con más años que un bosque, no me queda otra que hacer caso de otra genial frase de mi amigo Alonso de cara al futuro: “Confianza plena y paciencia infinita”. Y pase lo que pase, “Show must go on”, como decía mi amigo Freddy.

    En cuanto a la foto, voy a aprovechar las fechas para adjuntar mi especial tarjeta de felicitación para desearos a todos una muy Feliz Navidad en compañía de vuestros seres queridos y que el 2025 os traiga todo aquello que le habéis pedido a la Vida y hasta ahora os había contestado que todavía no, o incluso os traiga cosas muchísimo mejores de las que les habéis pedido. Intentando buscar alguna conexión con el tema de la publicación, estos tres Reyes de la Ilusión pueden representar el “Ahí lo llevas”, el “Todavía no” y el “Tengo pensado algo mejor para ti”. El mejor, con diferencia, el que va en medio de los otros dos. Nos vemos pronto. Gracias.



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