“Para los que ya me conocíais de antes, ya sabéis que soy Antonio Jurado. Para los que me veis por primera vez… soy Antonio Jurado también.”
Con esta frase suelo abrir muchas
de mis presentaciones cuando tengo la oportunidad de hablar en público. Algunos
sonríen, otros se sorprenden y otros no saben si voy en serio o en broma, algo
que me ocurre de forma habitual. Detrás de esa frase, sencilla y directa, hay
una de las lecciones de vida más valiosas que me dejó mi padre: “Hijo, estés
donde estés, estés con quien estés, no dejes de ser tú mismo.” Esta fue una de
las pocas lecciones habladas que me regaló, porque la mayoría de ellas fueron
en forma de ejemplo, que al final son las más efectivas…
Ser uno mismo, algo que parece
fácil, es de lo más difícil que he intentado hacer en la vida.
A veces la vida parece un teatro
de máscaras. Una para cuando trabajas, otra para cuando sales, otra más para
cuando tienes que parecer fuerte. Iba en traje y con corbata al banco, en polo
y chinos cuando salía a ligar y en pantalones anchos llamativos y tirantas
cuando iba al gimnasio. Pero ¿y si un día decides no disfrazarte? ¿Si sales ahí
fuera tal cual eres, sin adornos ni poses? (sin perder la compostura, por
supuesto, y respetando el protocolo en los casos que sea necesario)
Eso fue lo que intenté cuando,
siendo aún un chaval, empecé a trabajar. Luego vinieron más trabajos, más
cargos, más responsabilidades. Y sin darme cuenta, lo que parecía una anécdota
de familia se convirtió en una brújula: hacer lo que hago sin dejar de ser
quien soy.
Porque cuando uno se presenta de
verdad, sin escudos ni armaduras, no hay que estar recordando qué versión toca
hoy. Sin copiar, sin competir. En la vida que hoy nos ha tocado vivir se nos
mide por cuántos likes conseguimos, por cuántos pasos damos en menos tiempo,
por cuán brillantes parecemos ante los demás y por cuántos “éxitos”
profesionales logramos acumular. Pero hay algo que no se puede impostar: la
coherencia.
Esa coherencia entre lo que
piensas, lo que haces y lo que dices. Esa manera de estar en el mundo que no
necesita focos, pero que sí deja huella. Yo no he sido el mejor en casi nada.
De hecho en la mayoría de las facetas no me considero ni bueno. En el deporte
por ejemplo, nunca fui el que cruzaba primero la meta, ni el que empujaba
el balón al fondo de la red para ganar
el partido. Pero tampoco fue eso lo que me empujó a seguir. Lo que me mueve es
lo mismo que me mueve desde siempre: ser la mejor versión de Antonio Jurado,
con todo lo que eso conlleva.
He cometido errores. Muchos. He
dudado. Me he sentido pequeño. He llorado más de una vez. Pero en todo ese
camino, lo único que nunca me ha fallado ha sido la decisión de no dejar de ser
yo mismo. Y eso, curiosamente, es lo que más me ha acercado a los demás. Porque
cuando uno se muestra real, también invita a los otros a quitarse la coraza.
Creo que el Antonio Jurado de hoy es mucho más auténtico que el de haced unos
años, y el no tener que actuar me regala una paz que antes encontraba difícil
alcanzar.
Por eso cada día soy más capaz de
mirar a la gente a los ojos y decir: “Soy yo. Con mis luces y mis sombras. Pero
soy yo.” Con mis luces, que suele ser el reflejo de la luz que emiten los que
me rodean. Con mis sombras, que como siempre digo, son bastante menos famosas
que las de Grey.
Si te ha gustado y estás interesado en conocerme un poco mejor, te dejo esta espectacular entrevista (por la calidad de las preguntas, por la grabación y por la edición, que no por el entrevistado), que seguro que te acerca bastante a mí.
https://www.doshermanasaldia.com/post/dos-hermanas-inclusiva-y-solidaria
Seguro que esta publicación no se
hace viral. Seguro que no cambiará el mundo como el discurso de Jobs en Stanrford.. Pero si te hace pensar
un segundo en la posibilidad de vivir más cerca de tu esencia, el tiempo
invertido en escribirlo estará más que justificado.
Ser uno mismo no es una meta. Es
un compromiso diario. Una forma de caminar. Ya lo decía Oscar Wilde, experto en
frases lapidarias: “Sé tú mismo , el resto de los papeles ya están cogidos.”
Y si alguna vez dudas… recuerda: “Para
los que ya me conocíais, ya sabéis quién soy. Para los que no me conocíais…
también”
Como siempre me gusta acompañar
mis publicaciones con una imagen, este mes he pensado en generar una imagen en
IA (al final me estoy aficionando) que muestre al Antonio Jurado de hace 20
años reflejado en el espejo frente al Antonio Jurado de dentro de 20 años,
basándose en una foto del Antonio Jurado de hoy. Un poco enrevesado (como yo)
pero me ha gustado el efecto. Espero que a vosotros también. Gracias por
vuestro tiempo y hasta el mes que viene.