sábado, 27 de febrero de 2021

Hablando de lemas vitales, "El espectáculo debe continuar" (The show must go on)

Este mes ha sido un artículo de LinkedIn el que me ha inspirado el contenido de esta publicación. Reme Egea Pastor hablaba sobre las seis enseñanzas de liderazgo que nos dejó el gran Freddie Mercury. Los que me conocéis sabéis que es uno de mis ídolos, además de ser el padre de la canción que coincide en su título con uno de mis lemas vitales. El genial “The show must go on” (“El espectáculo debe continuar”) resume en una sola frase bastantes puntos de mi filosofía vital.

Creo que al final todos tenemos nuestros propios lemas. Algunos son temporales, y nos acompañan en función del momento vital que nos ha tocado vivir, pero otros continúan marcándonos el camino durante casi toda nuestra vida. En mi caso este lema no creo que lleve conmigo más de diez años. No recuerdo exactamente cuándo me apropié de la frase de Freddie, pero sí que tuvo que ver con el inicio de mi relación con los deportes de resistencia. En entrenamientos y pruebas donde lo normal es pasar varias horas enchufados el principal enemigo con el que nos solemos encontrar son los pensamientos que nos pueden llevar a abandonar. El cansancio físico, pero sobre todo el psicológico, suelen hacer su trabajo para empujar a la mente hasta el borde del abismo del abandono. Ante ello, no hay mejor medicina y antídoto que interiorizar que pase lo que pase, el espectáculo debe continuar. 

¿Por qué un lema vital? Al no tener mucha idea de psicología (como de otras muchas cosas), he pensado que un acercamiento al significado de los lemas en marketing podría darme una aproximación bastante certera.

Entre otros aspectos, los puntos que más he considerado que pueden justificar la elección de un lema son los siguientes:

- Expresan la promesa de la marca de forma directa. Si soy coherente con mi lema, bastará conocerlo para saber que soy un tío que pase, lo que pase, siempre continuaré con el “show”.

- Usan palabras suficientes para generar emociones. Creo que el “The show must go on” no suele provocar indiferencia emocional. Son pocos los que no reconocen en estas palabras al artista que las hizo famosas.

- No mencionan a la competencia y destacan cualidades reales y duraderas. Tampoco creo que existan dudas al respecto.

- En lo que me he perdido un poco es en lo de ser único y original, diferenciándonos del resto. El “The show must go on” está muy lejos de ser mío y obviamente está disponible para todo el que quiera utilizarlo. 

¿Qué significa para mí el “The show must go on” (TSMGO)? Más allá de su traducción en inglés, la reflexión irá en torno a las implicaciones personales que para mí tiene. 

Personalmente veo mucha conexión entre el “TSMGO” y las mal llamadas “soft skills” (essential skills, que dice mi amiga Cristina Jardón) que forman parte de la inteligencia emocional, algo con lo que cada vez estoy más conectado.

Autoconocerse implica que el espectáculo deba continuar, porque en este gratificante pero a la vez duro proceso de descubrir cómo somos realmente, en muchos momentos nos vamos a encontrar “cositas” que no nos van a gustar, pero que no serán excusas para detener el proceso.

Autogestionarse, y con ello autocontrolarse, tampoco será un camino de rosas. No todos serán éxitos, también llegarán los fallos (no fracasos, porque esta palabra no debería existir en nuestro diccionario, de forma parecida a como ocurre con la lengua inglesa) que serán una fuente inagotable de aprendizaje. Así que aunque nos equivoquemos, el espectáculo siempre debe continuar.

Automotivarse es un proceso de continuidad máxima. Uno de los tres pilares básicos de la automotivación, la resiliencia, es la máxima expresión del “TSMGO”. Pase lo que pase, el espectáculo debe continuar. Esta frase convertida en mantra nos proporciona un depósito de motivación casi inagotable. Si lo interiorizamos realmente, pocas adversidades conseguirán frenarnos.

Empatizar también requiere mucho de “TSMGO”. La empatía, definida como la capacidad de entender a los demás sin contagiarnos de ellos es un auténtico ejercicio de continuidad del espectáculo. Sólo avanzando en este sentido conseguiremos el objetivo de empatizar con los demás.

Liderar, entendido como servir de referencia a los demás es también la más viva expresión del “TSMGO”. De hecho, el artículo que ha inspirado esta publicación iba sobre las enseñanzas de liderazgo que nos dejó el maestro Freddy. Me parece una “causalidad” y una forma original de cerrar el círculo. 

Por último, una relación de situaciones dónde creo que el uso del “TSMGO” puede ser bastante útil.

- Aunque el mundo se haya parado por culpa de un virus cuyas partículas agrupadas no ocuparían ni siquiera una lata de refresco de un tercio, el espectáculo debe continuar…

- Aunque no podamos ver la luz al final del túnel, y creamos que estamos a punto de rendirnos, el espectáculo debe continuar…

- Aunque el paso del tiempo comience a hacer huella en nosotros, el espectáculo debe continuar…

- Aunque echemos de menos los abrazos, los besos, y los encuentros multitudinarios (que en el lugar y momento de escribir esta publicación puede referirse a una reunión de cinco personas) el espectáculo debe continuar…

- Aunque cuando suene la alarma por las mañanas te entren ganas de todo, menos de levantarte, el espectáculo debe continuar…

- Aunque te preguntes si realmente estás viviendo la vida que quieres vivir y las señales parezcan confirmarte que no, el espectáculo debe continuar…

- Aunque el mundo parezca ir en un sentido contrario al tuyo, el espectáculo debe continuar…

- Aunque no te guste lo que ves por las mañanas al levantarte frente al espejo, el espectáculo debe continuar…

- Aunque la estupidez de la raza humana y el universo sean las dos únicas cosas que no parecen tener límite, el espectáculo debe continuar…

- Aunque nada golpee más fuerte que la vida, el espectáculo debe continuar…

- Aunque la tormenta no parezca tener fin, el espectáculo debe continuar

- En definitiva, pase lo que pase, el espectáculo debe continuar…

Cuando el espectáculo continúa como debe hacerlo, somos capaces de revertir la mayor parte de las situaciones que se describen en la primera parte de las frases anteriores, y si no lo somos, al menos podemos aceptarlas.

Finalizo como siempre dando las gracias por vuestro tiempo invertido en leer estas reflexiones personales en voz alta. Ya sabéis que pase lo que pase, “The show must go on”. Nos “vemos” en Marzo. La imagen de este mes me sitúa frente a una fotografía de mi ídolo Freddy “coronado” por una de mis múltiples pulseras, regalo de un muy buen amigo, que lleva inscrito mi lema vital “Show must go on”.